Para empezar, una escuela que tiene como lema o himno "Escuela para todo niño", ya deja claro de qué va este post. Porque tener un huequito para cada niño, donde todos y cada uno de ellos sientan que formar parte de ese puzzle que hace las cosas más sencillas. O Pelouro es una invitación a la buena fe, al respeto, al conocimiento del desconocimiento de la manera más agradable que se conozca, a la diversidad educativa con el fin de crear una sociedad más justa y más equilibrada.
Creado en el año 73 por el matrimonio de educadores formado por Juan Llauder y Teresa Ubeira basado en el concepto de integración saludable a la diversidad. Es decir, aprender a vivir en un entorno como el que se van a encontrar una vez salgan por las puertas de cualquier centro educativo. La falta de límites fronterizos con cualquier tipo de pensamiento, etnia o incluso discapacidad abre la mente hasta el punto de formar individuos críticos, colaborativos y con unos valores encomiables.
El niño es el centro de todo, y el aprendizaje está dirigido de una manera más superficial, así el niño tiene autonomía para aprender lo que quiera aprender. Los resultados son sorprendentes, y es increíble escuchar a alguno de estos niños creando mapa demográficos, hablando sobre la educación o la inclusión de una manera más razonable de la que se lo he oído a muchos adultos. La importancia ya no reside solamente en los conocimientos teóricos y en el aprendizaje memorístico, sino en la aplicación práctica de todo lo que se aprende, y de la utilización de los alumnos en la inteligencia no sólo basada en las capacidades, sino también en las habilidades: inteligencia emocional, capacidades comunicativas, habilidades sociales...
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