Marcar la diferencia



Motivación. Bonita palabra, ¿verdad? Según la RAE la motivación es el conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona. En general, la motivación es importante para la continuación de cada reto que afrontamos, y como bien decían Salovey y Mayer hablando de inteligencia emocional, los estados de ánimo influyen en la continuación o no de una tarea de una forma más persistente y eficaz.


Lo mismo pasa con los alumnos. Cuando tenemos un grupo de chavales que acuden todos los días a una clase, se sientan en el mismo pupitre, utilizan el mismo método para la explicación de cada una de las asignaturas, sin tener en cuenta las diferentes características de estas, tienen las mismas horas, los mismos minutos y hasta los mismo segundos controlados todos los días, para finalizar siempre a la misma hora, volviendo a casa comentando lo mucho que se han aburrido y con una agenda llena de deberes sobre cosas que ni les gustan, ni les apetece hacer. Cualquiera sería capaz de agotarse de esa rutina, que a fin de cuentas hemos vivido todos.

Cerrad los ojos y pensad en un profesor, solamente uno, ese que marcó la diferencia con vosotros, que os enseñó a amar su materia por la manera en la que la impartía, por su cariño con vosotros, por la implicación y las ganas, por todo ello junto incluso. Todos tenemos, al menos, un nombre en la cabeza. Y, ¿por qué esos docentes escasean? Si nos acordamos es que se salía de la norma, ¿no? Y la norma general era “llego-cuento mi materia- pongo deberes- me voy”. Fin.

¿Cómo podríamos promover la motivación en los alumnos?

Resulta que hace poco me topé con un vídeo muy interesante, una charla TED, donde una maestra que proviene de una larga tradición de docentes y con 40 años de experiencia en el sector, nos cuenta que la clave del éxito es precisamente esa, la motivación. Desde su experiencia personal, nos cuenta cómo logró encontrar el nexo de unión entre ella y una clase de alumnos con un rendimiento académico realmente bajo. Os lo dejo aquí para que podáis ojearlo:




A donde quiero llegar con esto es a que cada docente debe encontrar su propia piedra filosofal, que no es más importante el conocimiento riguroso de la materia que vamos a enseñar como la manera en la que llegar al alumno. Técnicas tan simples como añadir un poco de competitividad sana, incluir actividades diferentes, relacionar el tema a explicar con juegos y cuestionarios por grupos, cooperación y colectividad entre los chicos que tienen más claros los conceptos y aquellos que tienen algunas dificultades más, evitar cargar todo el peso de las calificaciones en pruebas escritas aburridas y monótonas, y sobre todo, en la era de las tecnologías, el uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías para poder acercarnos y ampliar conocimiento.

Las herramientas están sobre la mesa, ahora nos toca a nosotros aprender a manejarlas y con ello lograr los resultados que buscamos: unos alumnos y profesores más felices, y la mejora de los resultados.

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